
+ COMUNICO, LUEGO EXISTO
SOBRE MI
Vocación y devoción

Nací en Barcelona en 1966.
Leer y escribir son dos actividades que me definen desde niña. Familia, amigos, mascotas, muñecos… todos los que compartieron mi infancia tuvieron que soportar largas sesiones en las que les leía libros, les ponía canciones en mi tocadiscos rojo y les mandaba deberes. Jugaba a ser su maestra. Gracias por la paciencia.
Me matriculé en Filología Hispánica en la Universidad Autónoma de Barcelona. He continuado la investigación académica por un lado y, por el otro, he realizado diversos Cursos y Seminarios: Guionaje, Publicidad y Ventas, Planner Publicitario, Técnicas de Marketing, Marketing de Contenidos y Redes Sociales. He estudiado, estudio, seguiré estudiando e investigando. ¿Quién quiere licenciarse de la aventura de saber?
Más de veinte años en agencias de publicidad trabajando para más de un centenar de clientes. Mi currículum es experiencia, es la suma de las experiencias. Cada proyecto ha sido una asignatura y un aprendizaje.
Ahora estoy entusiasmada con la creación de contenidos y la gestión cultural.
He creado la plataforma Cultura Bisagra, un lugar de encuentro entre creadores y con su público.
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GENTE SIN SUELO de Clemente Cimorra
Edición de Josefa Bauló Doménech
«El barco sin ley, el barco sin hoja de ruta, el barco sin autoridades, el barco sin destino, navega con inquietud y con pausa. Nosotros, como le ocurre a la gente de a bordo, a la gente sin suelo, hemos perdido, al seguir a este barco, la noción del tiempo en medida de almanaque. Ellos, los viajeros clandestinos, se han aburrido de contar los días. Hay una extraña delicia en abandonarse al olvido del tiempo, mientras mece la vida transitoria el mar infinito, y hasta llega un momento en que esta indiferencia del tiempo toma caracteres de una inhibición simbólica, una pugna fantástica con la realidad de la cinta de fechas que saltan con un pequeño ruido de relojería y el suceso o la conmemoración que corresponden. La radio del barco canta noticias de la marcha del mundo y de la guerra aunque no emite nunca; y todos las oyen como si se tratara de un planeta lejano, con algo de hastío y mucho de rencor. Porque aunque a cada uno de los fugitivos le interesa esta marcha del mundo por lo que pueda influir en sus cálculos y en sus posibilidades de retorno, son tales los ánimos, que lo preferible para ellos sería continuar infinitamente a bordo alejados de la intriga gigantesca, del juego de los países que con alguna ligereza se llaman civilizados».
Clemente Cimorra